viernes, 12 de junio de 2015

El cerebro Adicto Texto Académico

El cerebro Adicto
Texto Académico
Lydia Raquel Sanchez Moreno
Aspirante
UNIVERSIDAD ABIERTA Y  A DISTANCIA DE MEXICO
Actividad 1 Lectura y escritura exploratoria
10 de Junio del 2015
 Introduccion.

Tiempo atrás la drogadicción era considerada como un problema. Hoy se sabe que es una enfermedad y como tratarla.

Amigos, Familiares, Compañeros o Nosotros mismos podemos ser adictos al tabaco, alcohol, drogas etc. Ya que provocan la misma reacción química al cerebro la cual se define como una enfermedad crónica caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de una sustancia a pesar de saber los daños que ocasiona.

Desarrollo
La conducta adictiva se empezó a estudiar en la década de 1930 se pensaba que las personas adictas tenían una problema moral  y no de salud, se les etiquetaba de modo negativo en vez de ayudarlos con acciones preventivas y terapéuticas.
En entrevista con ¿Cómo ves? la doctora María Elena Medina Mora Icaza, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría "Ramón de la Fuente Muñiz" (INPRF), narra lo que propició este cambio de visión. La investigadora mexicana-estadounidense Nora Volkow, quien estudió medicina en la UNAM y es hoy directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA, por sus siglas en inglés), observó en imágenes cerebrales la influencia de las drogas sobre diversas zonas del cerebro y encontró la causa física de la dependencia de sustancias como la cocaína y los opioides. "Esto nos llevó a entender por qué los pacientes, aunque quisieran, no podían dejar las sustancias por sí solos, sino que realmente necesitaban tratamiento", señala la doctora Medina Mora, agregando que éste fue un indicio importante de que las adicciones tenían todas las características de una enfermedad. La adicción se considera hoy una enfermedad del cerebro porque las drogas modifican la química, la estructura y el funcionamiento de ese órgano.

Efectos de algunas sustancias

Nicotina. Estimulante que se encuentra en cigarros y otras formas de tabaco. Es muy adictiva y al fumarse eleva el riesgo de cáncer, enfisema, trastornos bronquiales y problemas cardiovasculares.
Alcohol. Su consumo puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos. Las áreas cerebrales especialmente vulnerables a esta droga son la corteza cerebral (funciones ejecutivas), el hipocampo (memoria y aprendizaje) y el cerebelo (coordinación de movimientos). Mariguana. Puede dañar la memoria y el aprendizaje de corto plazo, la capacidad de concentración y la coordinación. Aumenta el ritmo cardiaco y puede perjudicar los pulmones, así como elevar el riesgo de desarrollar psicosis en personas vulnerables.
Inhalables. Sustancias volátiles que se encuentran en muchos productos caseros, como pinturas, pegamentos y algunos aerosoles. Son extremadamente tóxicos y pueden dañar el corazón, los riñones, los pulmones y el cerebro.
Cocaína. Estimulante que por la brevedad de sus efectos se suele consumir varias veces en una sola sesión. Puede provocar graves consecuencias médicas relacionadas con el corazón y los sistemas respiratorio, nervioso y digestivo.
Fuente: National Institute on Drug Abuse

Los primeros signos de dependencia comienzan cuando el cerebro empieza a adaptarse a las sustancias, algunos signos son: consumir la droga de manera regular, imposibilidad de dejarla, gastar en droga más de lo que se tiene, extralimitarse para obtener droga (incluso robar) y sentir que se necesita la droga para funcionar cotidianamente.
Al ingresar en el cerebro las drogas obstaculizan su sistema de comunicación e interfieren en el proceso normal de intercambio de información neuronal. Las células nerviosas se comunican por medio de sustancias químicas llamadas neurotransmisores que llevan mensajes entre ellas. Una neurona libera el neurotransmisor, que cruza un espacio interneuronal, conocido como sinapsis, y se adhiere a un receptor (una proteína) en otra neurona. Neurotransmisor y receptor embonan como una llave en una cerradura.
Las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las sensaciones de placer. explica la doctora Medina Mora. "El cerebro pierde la capacidad de sentir placer por las recompensas naturales, pues se acostumbra rápidamente a las dosis masivas" de dopamina que se producen al consumir una droga, y lo hace reduciendo su producción natural, o bien disminuyendo la cantidad de receptores que captan la señal de este neurotransmisor. Así, cuando falta la droga el cerebro ya no cuenta con dopamina suficiente y la persona deja de disfrutar cosas naturalmente placenteras, lo que conduce a la apatía y a la depresión. "Cuando el cerebro comienza a adaptarse a altos niveles de dopamina, el individuo tiene que usar más y más droga para obtener el mismo efecto", añade Rubén Baler. Es decir, se desarrolla tolerancia a la droga. En el individuo que ha llegado a esta etapa, la falta de droga provoca el llamado síndrome de abstinencia, con síntomas como ansiedad, irritabilidad, náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y psicosis, y puede llevar a la muerte.
El abuso de drogas altera la concentración del neurotransmisor llamado glutamato, que participa tanto en el circuito de la recompensa como en la capacidad de aprender, el cerebro intentará compensar el cambio dañando en ocasiones la función cognitiva. También, el abuso de sustancias a largo plazo provocar condicionamiento: ciertos factores ambientales se empiezan a asociar con la experiencia de la droga y provocan un deseo incontrolable de consumirla.
 "Los factores genéticos más o menos explican 40 o 60% del riesgo total. El resto son factores ambientales, sociales, culturales, dietéticos.

Principales factores de riesgo

-Conducta agresiva temprana
-Habilidades sociales deficientes
-Ausencia de supervisión paterna
-Compañeros/amigos que abusan de sustancias
-Disponibilidad de la droga
-Pobreza …

Y de protección

-Autocontrol
-Relaciones positivas
-Supervisión y apoyo paterno
-Información
-Políticas contra el uso de drogas
-Cohesión comunitaria
Fuente: National Institute on Drug Abuse

Hay tres veces más adictos a la nicotina que a la cocaína entre los humanos debido a que es más fácil de adquirir y su consumo más aceptado. Cuando se bebe por primera vez el efecto es fuerte, pero crece la tolerancia mucha gente controla su uso, el cual se pierde en los adictos.
En la adolescencia se es más vulnerable ya que el cerebro se encuentra en desarrollo y las consecuencias son más dañinas. Las personas que tienen algún tipo de padecimiento mental son otro grupo de riesgo como la bipolaridad o esquizofrenia, el 60% de adictos tienen alguno de estos problemas.
Como sabemos las adicciones generan graves consecuencias no solo en la salud también el bienestar personal, familiar y social. "No solamente el circuito que calcula la recompensa", dice Rubén Baler, "sino también los relacionados con el aprendizaje, con la memoria, con el control de emociones, con la toma de decisiones; son varios circuitos. Todos interactúan entre sí y muestran una disfunción en el adicto”. Los efectos sobre la salud pueden ir de enfermedades cardiovasculares, enfisema o cáncer, al desarrollo de trastornos mentales irreversibles, dependiendo de la sustancia y del tiempo que se haya empleado.
Lo mismo sucede con los circuitos relacionados con la voluntad (memoria, emociones, toma de decisiones). "Cada uno de estos aspectos relacionados con las funciones ejecutivas tiene que ser atacado de un modo distinto", dice Baler.
El tratamiento debe definirse según la persona, el tipo de sustancia, el ambiente en que vive y sus recursos, internos y externos. No solo es resolver  el problema bioquímico, sino considerar al individuo y su contexto: su familia y su lugar de trabajo. En definitiva, se requiere una terapia multidimensional que procure entrenar nuevamente un cerebro que aprendió algo totalmente anormal, pues la adicción, en última instancia, es una enfermedad de aprendizaje.

Conclusion.

En conclusión para no llegar a necesitar tratamiento Rubén Baler propone la prevención universal: "Evitar todo lo que sabemos que es dañino y tratar de promover y enaltecer lo que sabemos que es positivo", Baler añade que no es cuestión de magia. "Todo lo que promueve un ambiente saludable por fuerza va a reducir el riesgo absoluto de abuso de sustancias". Se ha encontrado a la adición con una enfermedad tratable.

Reflexión

Elegí este tema ya que también mi cerebro es adicto a la nicotina y necesitaba saber más al respecto para  tener más información.

Decidí partir de lo que comenta la doctora Baler que hay que verla como una enfermedad ya que acaban causando dependencia y un tiriste final

Fuente El cerebro adicto Verónica Guerrero Mothelet

1 comentarios:

Unknown dijo...

buenos dias Lydia Sanchez,
me parece excelente la información que nos proporciona,.. me gustaría saber algún correo en donde la pudiera contactar para saber mas sobre sus trabajos.
gracias y saludos!

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