El
cerebro Adicto
Texto
AcadémicoLydia Raquel Sanchez Moreno
Aspirante
UNIVERSIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA DE MEXICO
Actividad 1 Lectura y escritura
exploratoria
10 de Junio del 2015
Introduccion.
Tiempo
atrás la drogadicción era considerada como un problema. Hoy se sabe que es una
enfermedad y como tratarla.
Amigos, Familiares, Compañeros o Nosotros mismos podemos
ser adictos al tabaco, alcohol, drogas etc. Ya que provocan la misma reacción
química al cerebro la cual se define como una enfermedad crónica caracterizada
por la búsqueda y el uso compulsivo de una sustancia a pesar de saber los daños
que ocasiona.
Desarrollo
La conducta adictiva se empezó a estudiar en la década de
1930 se pensaba que las personas adictas tenían una problema moral y no de salud, se les etiquetaba de modo
negativo en vez de ayudarlos con acciones preventivas y terapéuticas.
En entrevista con ¿Cómo ves? la doctora María Elena
Medina Mora Icaza, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría "Ramón
de la Fuente Muñiz" (INPRF), narra lo que propició este cambio de visión.
La investigadora mexicana-estadounidense Nora Volkow, quien estudió medicina en
la UNAM y es hoy directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de
Estados Unidos (NIDA, por sus siglas en inglés), observó en imágenes cerebrales
la influencia de las drogas sobre diversas zonas del cerebro y encontró la
causa física de la dependencia de sustancias como la cocaína y los opioides.
"Esto nos llevó a entender por qué los pacientes, aunque quisieran, no
podían dejar las sustancias por sí solos, sino que realmente necesitaban
tratamiento", señala la doctora Medina Mora, agregando que éste fue un
indicio importante de que las adicciones tenían todas las características de
una enfermedad. La adicción se considera hoy una enfermedad del cerebro porque
las drogas modifican la química, la estructura y el funcionamiento de ese
órgano.
Efectos
de algunas sustancias
Nicotina. Estimulante que se encuentra en cigarros y
otras formas de tabaco. Es muy adictiva y al fumarse eleva el riesgo de cáncer,
enfisema, trastornos bronquiales y problemas cardiovasculares.
Alcohol. Su consumo puede dañar el cerebro y la mayoría
de los órganos. Las áreas cerebrales especialmente vulnerables a esta droga son
la corteza cerebral (funciones ejecutivas), el hipocampo (memoria y
aprendizaje) y el cerebelo (coordinación de movimientos). Mariguana. Puede
dañar la memoria y el aprendizaje de corto plazo, la capacidad de concentración
y la coordinación. Aumenta el ritmo cardiaco y puede perjudicar los pulmones,
así como elevar el riesgo de desarrollar psicosis en personas vulnerables.
Inhalables. Sustancias volátiles que se encuentran en
muchos productos caseros, como pinturas, pegamentos y algunos aerosoles. Son
extremadamente tóxicos y pueden dañar el corazón, los riñones, los pulmones y
el cerebro.
Cocaína. Estimulante que por la brevedad de sus efectos
se suele consumir varias veces en una sola sesión. Puede provocar graves
consecuencias médicas relacionadas con el corazón y los sistemas respiratorio,
nervioso y digestivo.
Fuente: National Institute on Drug Abuse
Los primeros signos de dependencia comienzan cuando el
cerebro empieza a adaptarse a las sustancias, algunos signos son: consumir la
droga de manera regular, imposibilidad de dejarla, gastar en droga más de lo
que se tiene, extralimitarse para obtener droga (incluso robar) y sentir que se
necesita la droga para funcionar cotidianamente.
Al ingresar en el cerebro las drogas obstaculizan su
sistema de comunicación e interfieren en el proceso normal de intercambio de
información neuronal. Las células nerviosas se comunican por medio de
sustancias químicas llamadas neurotransmisores que llevan mensajes entre ellas.
Una neurona libera el neurotransmisor, que cruza un espacio interneuronal,
conocido como sinapsis, y se adhiere a un receptor (una proteína) en otra
neurona. Neurotransmisor y receptor embonan como una llave en una cerradura.
Las drogas interfieren con la actividad de un
neurotransmisor llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las
sensaciones de placer. explica la doctora Medina Mora. "El
cerebro pierde la capacidad de sentir placer por las recompensas naturales,
pues se acostumbra rápidamente a las dosis masivas" de dopamina que se
producen al consumir una droga, y lo hace reduciendo su producción natural, o
bien disminuyendo la cantidad de receptores que captan la señal de este
neurotransmisor. Así, cuando falta la droga el cerebro ya no cuenta con
dopamina suficiente y la persona deja de disfrutar cosas naturalmente
placenteras, lo que conduce a la apatía y a la depresión. "Cuando el
cerebro comienza a adaptarse a altos niveles de dopamina, el individuo tiene
que usar más y más droga para obtener el mismo efecto", añade Rubén Baler.
Es decir, se desarrolla tolerancia a la droga. En el individuo que ha llegado a
esta etapa, la falta de droga provoca el llamado síndrome de abstinencia, con
síntomas como ansiedad, irritabilidad, náuseas, insomnio, episodios de
sudoración, temblores y psicosis, y puede llevar a la muerte.
El abuso de drogas altera la concentración del
neurotransmisor llamado glutamato, que participa tanto en el circuito de la
recompensa como en la capacidad de aprender, el cerebro intentará compensar el
cambio dañando en ocasiones la función cognitiva. También, el abuso de
sustancias a largo plazo provocar condicionamiento: ciertos factores ambientales
se empiezan a asociar con la experiencia de la droga y provocan un deseo
incontrolable de consumirla.
"Los factores
genéticos más o menos explican 40 o 60% del riesgo total. El resto son factores
ambientales, sociales, culturales, dietéticos.
Principales
factores de riesgo
-Conducta agresiva temprana
-Habilidades sociales deficientes
-Ausencia de supervisión paterna
-Compañeros/amigos que abusan de sustancias
-Disponibilidad de la droga
-Pobreza …
Y de
protección
-Autocontrol
-Relaciones positivas
-Supervisión y apoyo paterno
-Información
-Políticas contra el uso de drogas
-Cohesión comunitaria
Fuente: National Institute on Drug Abuse
Hay tres veces más adictos a la nicotina que a la cocaína
entre los humanos debido a que es más fácil de adquirir y su consumo más
aceptado. Cuando se bebe por primera vez el efecto es fuerte, pero
crece la tolerancia mucha gente controla su uso, el cual se pierde en los
adictos.
En la adolescencia se es más vulnerable ya que el cerebro
se encuentra en desarrollo y las consecuencias son más dañinas. Las personas
que tienen algún tipo de padecimiento mental son otro grupo de riesgo como la
bipolaridad o esquizofrenia, el 60% de adictos tienen alguno de estos
problemas.
Como sabemos las adicciones generan graves consecuencias
no solo en la salud también el bienestar personal, familiar y social. "No
solamente el circuito que calcula la recompensa", dice Rubén Baler,
"sino también los relacionados con el aprendizaje, con la memoria, con el
control de emociones, con la toma de decisiones; son varios circuitos. Todos
interactúan entre sí y muestran una disfunción en el adicto”. Los efectos sobre
la salud pueden ir de enfermedades cardiovasculares, enfisema o cáncer, al
desarrollo de trastornos mentales irreversibles, dependiendo de la
sustancia y del tiempo que se haya empleado.
Lo mismo sucede con los circuitos relacionados con la
voluntad (memoria, emociones, toma de decisiones). "Cada uno de estos
aspectos relacionados con las funciones ejecutivas tiene que ser atacado de un
modo distinto", dice Baler.
El tratamiento debe definirse según la persona, el tipo
de sustancia, el ambiente en que vive y sus recursos, internos y externos. No
solo es resolver el problema bioquímico,
sino considerar al individuo y su contexto: su familia y su lugar de trabajo.
En definitiva, se requiere una terapia multidimensional que procure entrenar
nuevamente un cerebro que aprendió algo totalmente anormal, pues la adicción,
en última instancia, es una enfermedad de aprendizaje.
Conclusion.
En conclusión para no llegar a necesitar tratamiento
Rubén Baler propone la prevención universal: "Evitar todo lo que sabemos
que es dañino y tratar de promover y enaltecer lo que sabemos que es
positivo", Baler
añade que no es cuestión de magia. "Todo lo que promueve un ambiente
saludable por fuerza va a reducir el riesgo absoluto de abuso de
sustancias". Se ha encontrado a la
adición con una enfermedad tratable.
Reflexión
Elegí este tema ya que también mi cerebro es adicto a la nicotina
y necesitaba saber más al respecto para tener
más información.
Decidí partir de lo que comenta la doctora Baler que hay
que verla como una enfermedad ya que acaban causando dependencia y un tiriste
final
Fuente
El cerebro adicto Verónica Guerrero Mothelet
1 comentarios:
buenos dias Lydia Sanchez,
me parece excelente la información que nos proporciona,.. me gustaría saber algún correo en donde la pudiera contactar para saber mas sobre sus trabajos.
gracias y saludos!
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